Para
Pérez y Gardey (2011) La interpretación “es el proceso que consiste en
comprender un determinado hecho y su posterior declamación”. Cuando se realiza
la traducción de un texto o de un discurso, por ejemplo, se habla de
interpretación ya que el traductor facilita la comprensión.
La interpretación es el hecho de que
un contenido material, ya dado e independiente del intérprete, sea comprendido
o traducido a una nueva forma de expresión.
En
la Real Academia Española se determina la palabra interpretación como “explicar
o declarar el sentido de algo pero principalmente el de un texto”, “explicar
acciones, dichos o sucesos que pueden ser entendidos de diversas forma”, este
vocablo deriva del latín “interpretatĭo,
-ōnis”. La interpretación es la consecuencia del acto de interpretar, cuando
una persona interpreta un suceso, un hecho o un defecto de algún tipo de
contenido material publicado y pasa a ser comprendido e incluso expuesto por
ese ente a una nueva manera de poderse expresar, pero siendo de una forma fiel
al elemento de esa interpretación, por eso se determina como interpretación.
Obviamente la interpretación supone una operación bastante
compleja en la cual intervienen multiplicidad de factores, condiciones,
finalidades e incluso situaciones, lo cual a su vez multiplica las cuestiones y
problemas alrededor de aquello plausible de interpretación. Por este motivo es
que por ejemplo puede suceder que de un mismo hecho o acontecimiento existan no
una sino varias interpretaciones, las cuales, por supuesto, estarán
determinadas por factores como ser el origen del intérprete, su situación social
y económica, su formación cultural, entre otras.
Básicamente se puede afirmar que no puede existir comprensión
sin que antes haya habido una interpretación de aquello objeto de conocimiento.

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