Según
su etimología conclusión proviene del latín “conclusio”, “conclionis” y este
deriva del griego “ἐπίλογος”, “conclusio” se forma a partir de “conclus” del
verbo “concludere” que significa “cerrar” o “concluir” más el sufijo “ion”.
La
Real Academia Española la define como “acción y efecto de concluir”, además de
varias acepciones. El uso más común de esta palabra es para designar el fin o
el término de algo en particular, más aun si es algo que un individuo lleva a
cabo o elabora.
Para
Sabino (2012) a la conclusión se le llama también síntesis y no es más que la
interpretación final de todos los datos con los cuales se cierra la
investigación iniciada “Sintetizar es recomponer lo que el análisis ha
separado, integrar todas las conclusiones y análisis parciales en un conjunto
coherente que cobra sentido pleno” (Pag 200).
Por
otra parte Sabino (2007) señala que las
conclusiones de un trabajo “son una sección o capítulo final, de reducidas
dimensiones, donde el autor trata de sintetizar todo lo hasta allí expuesto de
modo tal que resulten destacados los aspectos más importantes del desarrollo
anterior”.
También
se denomina conclusión a la idea que deriva del análisis o el estudio de
distintas circunstancias. Después de considerar diversas informaciones, una
persona puede llegar a una conclusión.
Así mismo las conclusiones tienen por objeto permitir una
apreciación global de los resultados del trabajo. Por lo tanto ellas son
corolario de lo ya dicho y no ocasión para introducir elementos nuevos, por lo
menos en cuanto a la temática a considerar. Por esta razón, porque resumen de algún
modo lo previamente expuesto, son consideradas como una parte relativamente
independiente del cuerpo principal. Es verdad que en unas conclusiones pueden
aparecer ideas “nuevas”, pero la novedad de las mismas sólo habrá de ser la que
puede desprenderse de la síntesis, no la que surge de la consideración de
elementos de juicio que no se habían presentado antes.
Pero, a pesar de lo anterior, existe un cierto elemento de
libertad en las conclusiones que muchos autores utilizan en casi todos sus
trabajos. Ello se refiere a la posibilidad de incluir allí apreciaciones que,
aunque sintéticas y generales, pueden ser también de tipo personal, hasta
cierto punto evaluativas o apreciativas. También ese es el lugar apropiado para
expresar algunas limitaciones que el mismo autor aprecie en su trabajo y para
proponer, como muchas veces se hace, nuevas líneas o problemas de investigación
que se desprenden de lo ya tratado.
Para
llegar a la instancia en la cual es posible dar con una conclusión, es
necesario atravesar una serie de etapas, la primera de las cuales es la propia
recepción de la información, ya sea que leamos un articulo, o que alguien nos
presente un conjunto de datos ordenados con respecto a un tema del cual quiere
hacernos participe, es imposible sacar una conclusión sin contar con el mensaje
inicial.
Para
pasar a la segunda etapa, que consiste en estudiar detenidamente la información
recibida en la anterior, es necesario tener una serie de conceptos que nos
permitan comprenderla y analizarla, en otras palabras, debemos poseer un
conocimiento previo del tema, ya que de otro modo nos faltarían herramientas
para seguir adelante.


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